TU VIDA MÁS SENCILLA - UNA CASA SIN BARRERAS
Publicada el 20.04.2016
La adaptación del domicilio a las personas mayores promueve la autonomía y evita riesgos de accidentes y caídas. Suprimir barreras arquitectónicas y utilizar productos de apoyo contribuye a realizar las actividades cotidianas de forma más cómoda y segura.
La vivienda representa un elemento esencial y necesario en la vida de cualquier persona. Comodidad y seguridad son dos atributos fundamentales que hacen del hogar el lugar en el que más tiempo se permanece y al que siempre se retorna. La mayoría de personas mayores desean continuar viviendo en su casa, sin embargo, las condiciones físicas de su vivienda y el deterioro de habilidades y destrezas que se asocian al proceso de envejecimiento, no siempre permiten que este deseo se haga realidad. Las necesidades de la persona cambian a lo largo de la vida y lo que antes no ocasionaba ninguna dificultad, como entrar y salir de la bañera, puede convertirse en una barrera peligrosa.
La importancia de adaptar la vivienda
Suprimir las barreras arquitectónicas es una acción necesaria que no solo mejora la funcionalidad del mayor, sino que previene posibles accidentes. La adaptación de una vivienda comprende la modificación de determinadas características del interior del domicilio y del entorno exterior más inmediato, con el fin de facilitar la realización de las actividades cotidianas, disminuir la necesidad de ayuda y prevenir riesgos. Por ejemplo, sustituir el tramo de escaleras presente en la entrada de un edificio por una rampa, facilita que las personas con dificultades en la movilidad puedan entrar y salir de su casa y además previene caídas. Los productos de apoyo juegan un papel fundamental en la adaptación del domicilio y hacen de este un lugar confortable y seguro. Estos productos se fabrican especialmente para prevenir, compensar, o neutralizar las limitaciones que puedan encontrar las personas mayores o con discapacidad al realizar actividades de la vida diaria. Los productos de apoyo que más se instalan en los domicilios de los mayores están relacionados con la higiene y el aseo (barras de apoyo, alzas de wc, tablas y asientos de bañera), adaptaciones de las entradas/salidas y productos de apoyo para salvar desniveles y escaleras.
Manos a la obra
La adaptación del domicilio ha de tener en cuenta dos aspectos básicos: las propias condiciones físicas y arquitectónicas (dimensiones, iluminación, situación del cuarto de baño, ancho de puertas, espacio libre para la movilidad sin riesgos…) y la capacidad funcional de las personas que viven en el domicilio.
La capacidad funcional se refiere al estado de las habilidades y destrezas, tanto conservadas como afectadas, que se relacionan con la ejecución de actividades (movilidad general, equilibrio, fuerza, comprensión del entorno, comunicación, etcétera). La valoración de estos factores y la prescripción de productos de apoyo que puedan compensar el deterioro funcional debe realizarla un terapeuta ocupacional, profesional dedicado a mejorar la autonomía personal y a entrenar las actividades de la vida diaria.
Recomendaciones para mejorar la accesibilidad del hogar
Acceso a la vivienda: si existen escalones en la entrada del edificio, colocar pasamanos a ambos lados facilita salvar esta barrera, incluso colocar barras de apoyo en el recorrido que transcurre desde la puerta de entrada hasta el ascensor ayuda a que las personas mayores con dependencia puedan sentirse más seguras a la hora de caminar. La altura de los buzones no debe superar el alcance del brazo. La instalación de un asidero en el ascensor facilita el apoyo si existe fatiga o disminución del equilibrio. Si en el portal existe un tramo de escaleras hasta llegar al ascensor, colocar una rampa con una pendiente no superior al siete por ciento posibilita subir y bajar cómodamente. Por otra parte, incrementar la duración del encendido de la luz de la escalera es una modificación fácil que asegura una perfecta iluminación durante las subidas y bajadas.
Cuarto de baño: se recomienda instalar un suelo antideslizante para evitar accidentes y sustituir la bañera por un plato de ducha sin rebordes; si esta opción no es posible se puede instalar una silla giratoria o una tabla de bañera. Asimismo, es aconsejable aumentar la altura del inodoro colocando un alza de wc, que facilite sentarse y levantarse (especialmente útil cuando existen problemas articulares), instalar barras de apoyo para asegurar los movimientos e incrementar el ancho de las puertas, en el caso de que sean estrechas y conseguir espacio libre de objetos cuando se utiliza silla de ruedas.
Cocina: la altura de los armarios es uno de los principales problemas que pueden aparecer, por lo que es aconsejable colocar los utensilios que más se utilizan en baldas cercanas al alcance del brazo. Instalar detectores de gas y humos es útil, ya que previene accidentes. Asimismo, las placas vitrocerámicas, al ser planas, permiten colocar de forma segura cacerolas y sartenes. Utilizar un carrito facilita el desplazamiento de objetos y alimentos a otras partes de la casa. Una buena iluminación (300 lux: tubo fluorescente de 65W) y cuidar los derrames de líquidos son factores clave para prevenir caídas.
Zona de estar: resulta importante conseguir un espacio para transitar libremente. Las mesitas o adornos pueden ocasionar que la persona tenga que disminuir su base de sustentación (espacio de apoyo entre los pies) para poder pasar. Sillones y sofás de baja altura dificultan las tareas de levantarse y sentarse, por lo que es aconsejable incrementar la altura con tacos elevadores y utilizar los reposabrazos para esta tarea. También existen asientos catapulta que empujan suavemente a la persona hacia delante para facilitar le movimiento. Vigilar la existencia de cables u otros objetos por el suelo es significativo para evitar tropiezos y caídas. Además, es recomendable utilizar teléfonos sencillos con teclas y números grandes, que son más manejables. Actualmente, existen en el mercado distintas variedades que permiten incorporar a cada tecla la foto de la personas con las que habitualmente se comunique el mayor.
Dormitorios: asegurar una buena iluminación y colocar interruptores de la luz, tanto a la entrada como junto a la cama, evita asumir riesgos innecesarios al caminar a oscuras. Colocar un dispositivo que ayude a incorporarse en la cama e incrementar la altura de ésta facilita levantarse y acostarse. Es necesario asegurarse de que las alfombras están bien fijadas al suelo con cita de doble cara para evitar resbalar o tropezar con ellas. Si la fijación al suelo no es perfecta, la mejor opción es suprimirlas. El exceso de mobiliario también ha de evitarse, ya que dificulta la movilidad, especialmente si se utilizan productos de apoyo para caminar como andadores o bastones.
Zonas de tránsito: la presencia de mobiliario en pasillos estrechos disminuye en ancho de paso e impide la colocación de barras de apoyo. La mejor solución es trasladar ese mobiliario a otra zona de la casa. De la misma forma que en los demás espacios de la casa, la iluminación es fundamental. En definitiva, la adaptación del domicilio persigue mejorar el desempeño de la persona mayor en sus hogares, disminuir la necesidad de ayuda y prevenir riesgos. La supresión de barreras y la utilización de productos de apoyo permiten que los mayores continúen disfrutando de su hogar.
Suspensos en accesibilidad
Según el Libro Blanco de Accesibilidad 2004-2012 que recoge las evaluaciones de accesibilidad de hogares, la cocina y el baño son los puntos de la casa más conflictivos. Casi la mitad de hogares españoles no cuentan con baños accesibles, presentando puertas estrechas y escaso espacio libre interior.
Únicamente un cuatro por ciento de los baños analizados dispone de espacio libre para que una persona en silla de ruedas pueda movilizarse sin problemas.