PSICOGERONTÓLOGO- PARA QUÉ SIRVE
Publicada el 30.08.2016
EL ROL DEL PSICOGERONTÓLOGO
El psicogerontólogo es el especialista en psicogerontología, subdisciplina de la psicología que se encarga del estudio del envejecimiento (proceso que ocurren en el transcurso de la vida), de la vejez (diferencias grupales atribuidas a la edad) y de las aplicaciones de estos conocimientos para promover el bienestar de las personas mayores y su entorno.
La figura del psicólogo, en los últimos años debido a los factores socio-demográficos y los nuevos conceptos de salud propuestos por la OMS, va teniendo cabida en el campo de la gerontología. Es importante celebrar este logro, aunque su porcentaje de inclusión en muchos contextos está lejos del que tienen otros profesionales como médicos, trabajadores sociales, enfermeros, fisioterapeutas o terapeutas ocupacionales. Este hecho choca contra la realidad del envejecimiento, el cual no puede describirse, explicarse o abordarse sin tener en cuenta las tres dimensiones principales del ser humano: biológica-psicológica-social. Sin embargo, a efectos prácticos no se están atendiendo por igual a las tres dimensiones, más bien en la mayoría de los contextos se realiza un abordaje bio-bio-bio con pinceladas psicológicas y sociales. Equilibrar la balanza es el objetivo que los profesionales formados en la psicogerontología deseamos.
¿En qué ámbitos y contextos existe la necesidad del psicogerontólogo?
En el ámbito social:
Aquí el psicogerontólogo puede jugar un rol importante en la dinamización comunitaria (por ejemplo desarrollando programas de prevención, como los conocidos talleres de envejecimiento activo), en el asesoramiento o consultoría para instituciones, o incluso con funciones de prevención, intervención psicológica o investigación. Los contextos más relevantes serían: Instituciones públicas, como ayuntamientos, CEAS o servicios para la dependencia; asociaciones del tercer sector, que trabajan sin ánimo de lucro para la población mayor o sus cuidadores, como por ejemplo Cruz Roja o las Asociación de familiares de Alzheimer; las asociaciones de mayores y pensionistas; o los centros culturales entre otros.
En el ámbito sanitario y asistencia
Desde este ámbito el psicogerontólogo evalúa, asiste, sostiene y acompaña a la población mayor, a sus familias y a los trabajadores implicados en sus cuidados. Los contextos por excelencia serían: los hospitales, con especial atención a las unidades de medicina interna, neurología y cuidados paliativos donde hay un elevado número de población mayor y por tanto las malas noticias y los duelos por enfermedad están muy presentes; la consulta privada; el domicilio; las residencias, centros de día y otras unidades de convivencia; y las empresas de servicios sociales (teleasistenecia, ayuda a domicilio, etc.)
En el ámbito educativo
El psicogerontólogo puede ser demandado por empresas de formación ocupacional, para formar a cuidadores, o incluso estar en los contextos donde se aboga por el aprendizaje durante toda la vida (universidades de la experiencia). Por supuesto sin olvidar su inclusión como docentes e investigadores en las universidades y centros de investigación
En el ámbito jurídico
El psicogerontólogo puede tener un papel importante en procesos de mediación familiar y en el asesoramiento a jueces y abogados en los procedimientos legales en temas de acogimiento familiar, tutela o testamento. Los contextos clave serían gabinetes legales y asociaciones.
En el ámbito industrial o de las organizaciones
El psicogerontólogo puede ser clave en la preparación de programas de preparación para la jubilación, adaptaciones de puestos, y en la selección y formación de recursos humanos para las empresas del sector.
Tras el recorrido sobre el rol del psicogerontólogo por ámbitos y contextos, sería interesante poner la lupa en el contexto de los servicios gerontológicos residenciales y de atención diurna, ya que es aquí donde su figura puede desplegar un abanico más rico de funciones. Sus actuaciones profesionales pueden ir dirigidas a tres agentes distintos: los usuarios del servicio/centro, las familias y el propio centro.
ACTUACIONES DIRIGIDAS A LOS USUARIOS
En primer lugar el psicogerontólogo se encarga del acogimiento emocional del nuevo residente y de la entrevista que ayuda a configurar su historia de vida, la cual es un instrumento potente a nivel terapéutico. Tras ello las competencias profesionales se centrarán en la evaluación del estado cognitivo, emocional, conductual y social del mayor para poder disponer de un punto de partida que permita diseñar planes de atención individualizados, los cuales deben ser mediatizados por las continuas evaluaciones de la calidad de vida y bienestar subjetivo de la persona. Tras las evaluaciones que son propias de la profesión, las intervenciones se encaminarán a:
La elaboración e implementación de intervenciones destinadas a estimular las funciones cognitivas superiores (por ejemplo programas de psicoestimulación cognitiva, terapia de Orientación a la realidad, Intervención con Reminiscencias, Estimulación multisensorial, etc)
La Intervención clínica individual sobre problemas emocionales (tristeza, ansiedad, obsesiones, baja autoestima…) o comportamentales (agresividad, deambulación…)
El acompañamiento y sostenimiento en procesos de duelo ante pérdidas significativas para la persona usuaria (muertes, enfermedades propias y/o ajenas, pérdida de autonomía, etc.)
La elaboración y ejecución de programas psicoeducativos con el fin de dotar y enriquecer a las personas para que puedan responder eficazmente a las demandas que plantea la vida cotidiana (como los talleres de habilidades sociales, autoestima, educación emocional, técnicas de relajación, etc.)
ACTUACIONES DIRIGIDAS A LOS FAMILIARES DE LOS USUARIOS
Los familiares y allegados de las personas residentes también merecen la atención y dedicación profesional, ya que no sólo sirve para cubrir las necesidades psicológicas del familiar sino que también es un predictor importante para que la vida del usuario se vea beneficiada. Las actuaciones hacia este colectivo irán dirigidas a:
La atención e intervención individual en aquellos familiares que están teniendo vivencias difíciles con su realidad presente (desbordamiento en el cuidado, somatizaciones, alteraciones y desregulación emocional, entre otros síntomas).
El acompañamiento y apoyo psicológico a los familiares que están en proceso de duelo por enfermedad y/o muerte de su familiar residente.
La elaboración e implementación de cursos de carácter formativo para familias (información sobre la enfermedad, cómo cuidar a un familiar preservando el autocuidado, ser conocedores de los recursos externos existentes…)
La coordinación de grupos de autoayuda entre familiares.
ACTUACIONES DIRIGIDAS A LA ORGANIZACIÓN/CENTRO
El psicólogo se incorpora y colabora con el equipo inter-disciplinar en la elaboración de los Planes de Atención Individualizada-Planes de Vida, informes externos, solución de incidencias, comités éticos, creación de nuevas propuestas, etc. Y puede tener competencia directa en tres aspectos de la organización:
1) Sobre los recursos humanos
En la selección de nuevo personal, evaluación del desempeño, reciclaje y capacitación formativa.
Elaboración de pautas de actuación para el personal trabajador ante problemas comportamentales de usuarios, para de este modo reforzar las buenas prácticas y reconducir las intervenciones que van en detrimento del residente y sus familias.
Mediación en posibles conflictos entre el personal trabajador y mejora del clima laboral.
Intervención psicológica individual en problemas personales y laborales de los trabajadores y ejecución de programas psicoeducativos (control del estrés, habilidades de comunicación, trabajo en equipo, etc.)
2) Sobre el ambiente
El segundo ámbito de actuación dentro de la organización es el ambiente. Sentir el espacio como propio a través de un diseño espacial hogareño y libres de sujeciones, es esencial para preservar a la persona. La estimulación y orientación ambiental también son importantes en los casos de personas con demencia, ya que facilita su adaptación y estabilidad emocional. Como podemos apreciar, el psicogerontólogo tiene un papel destacado en el análisis e intervención del ambiente.
3) Sobre la calidad
Por último, podemos enumerar las funciones destinadas a mejorar la calidad del servicio. Como son:
El diseño e impartición de cursos formativos internos y/o externos
Creación y aplicación de encuestas de satisfacción u otras medidas sociales
Gestión de investigaciones de interés para el centro o la comunidad científica
Coordinación de prácticas de estudiantes o voluntariado
Cada función descrita persigue un objetivo específico encaminado al bienestar personal y grupal. Pero para que estos niveles de satisfacción perseguidos puedan hacerse tangibles en la práctica, deben ser englobados dentro de un objetivo interdisciplinar que persiga cuidar y atender a la persona como ser integral, singular y único. Este es nuestro camino y desafío como profesionales: “no sólo la salud de la humanidad, si no la humanización de la salud”.
Estefanía Martín Zarza
Fundadora de PsicologiZa: Servicios de Psicogerontología, Psicoterapia y Formación en Zamora
www.psicologiza.com